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A continuación un testimonio del corazón de uno de nuestros usuarios de BAI Atención que vive con VIH, quien recientemente participó en uno de nuestros programas de psicoterapia. Compartir sus experiencias, al mismo tiempo que ayudar a los demás, es su manera de decir "gracias".

No somos aves, pero tenemos alas.

Durante mucho tiempo los científicos han sostenido la teoría de que las aves llamadas ibis calvas del norte, adoptan una formación en V por motivos de aerodinámica. Cuando un pájaro vuela deja una estela. La idea es que otra ave pueda recibir impulso de una corriente de aire al volar ligeramente atrás y al lado de quien vuela al frente. Cuando muchas aves hacen esto forman una V beneficiándose todas. Aparentemente también parecen sincronizar el momento en que aletean para aprovechar esa corriente al hacer que la punta de su ala siga la misma trayectoria en el aire de la que va adelante. Esta referencia sirve para ilustrar que ciertos grupos obtienen múltiples beneficios cuando se asocian para un bien común.

Cuando empezamos este proceso del grupo de autoayuda cada uno llegó con una sensación de preocupación, desencanto, tristeza, enojo etc. Llegamos acá con las alas cansadas, algunos con las alas rotas al recibir la noticia que jamás nadie espera recibir. No es sencillo aceptar algo tan fuerte, como el ser seropositivo. Al principio escuchar términos como esos nos daban escalofríos, nos oprimían el pecho y algunos nos mortificábamos sobremanera, uno piensa que el mundo se le viene encima, otros guardan la calma, son como las aves que van de primero en ese vuelo en forma de V. Se impulsan solas, pero ayudan a impulsar a las demás. Con el paso del tiempo nos dimos cuenta que en realidad las alas no las teníamos rotas, que aún podíamos continuar el vuelo, fuimos aprendiendo de las experiencias de cada miembro del grupo, fuimos venciendo nuestros temores, enfrentándolos. Alguien dijo muchas veces a manera de ejemplo, que el miedo al agua solo se puede vencer sumergiéndonos en ella, no hay otra manera.

Nos dimos cuenta que teníamos que revalorarnos, saber que como seres humanos cometemos errores, pero también tenemos aciertos, y tenemos talentos, que somos mucho más que solo sexo, que somos inteligentes, trabajadores, alegres, que tenemos las suficientes ganas de vivir y disfrutar de la vida, pero ahora con nuevas aristas, viéndolo desde otra perspectiva, buscando las oportunidades y agarrándolas. Alguien también dijo que es válido asirse de lo que sea necesario, porque no somos superhéroes; algunos lo hicieron buscando terapias psicológicas de manera individual, otros lo hicieron inclinándose a lo espiritual, y quizás hay quien saco la fuerza de sí mismo, pero todo es válido, si se trata de sobrevivir uno tiene que tomarse de lo que sea necesario.

Hemos aprendido muchas cosas juntos, tenemos la certeza de que el ave de adelante estará siempre adelante, y que el de atrás tiene esa garantía. También sabemos que hoy somos menos egoístas, que estamos dispuestos a compartir, a hacer más grande la V. Sabemos también que lo impensable se puede volver realidad. Alguien dijo de hecho que tenemos que darnos la oportunidad de perdonarnos, la palabra perdón es un tanto difícil de abordar, porque se asocia con transgredir, y no creemos que ese sea el caso, nadie transgredió, porque nadie es perfecto, más bien se trata de darnos nuevas oportunidades y estar conscientes de que no podemos culpar a nadie de nuestra condición de hoy día, tenemos que tener la madurez suficiente para asumir de manera responsable algunas consecuencias.

Hoy, esos términos que antes no nos gustaban son comunes en nuestro lenguaje - conteo de CD4, Carga viral, adherencia, etc. Porque en la medida en que lo tengamos presente, es en la medida en la que más consientes estamos de que nosotros somos responsables de seguir volando, volamos en grupo, pero cada quien aletea de manera individual, eso es inevitable.  Podemos decir que estamos mejor, nos cuidamos más, nos procuramos más, nos ocupamos más, nos proveemos más, y eso al final tiene como consecuencia estar mejor… En óptimas condiciones.

Guardamos en nuestro interior múltiples esperanzas, sin duda los avances científicos las alimentan, si comparamos las condiciones de hoy con las de hace algunas décadas, nos daremos cuenta de las grandes diferencias y que estamos seguros que así seguirá siendo. Pero mientras eso suceda, seguiremos volando, y que cuando sintamos nuestras alas cansadas, bajaremos en algún arroyo, laguna, rio o riachuelo a refrescarnos, y que mientras miramos al horizonte parados en las ramas de un árbol y sintamos la brisa en nuestros rostros, podremos recordar esos gratos momentos que disfrutamos juntos, las risas, las bromas y los cálidos abrazos que nos dimos unos a otros, para después con mayor fuerza emprender de nuevo el vuelo, por que el destino es infinito, es del tamaño del cielo, todo depende de cada uno de nosotros y de lo dispuesto que estemos de seguir avanzando. 

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